martes, 3 de agosto de 2010


Yo elegí quererte y todas las consecuencias que eso conllevaba, elegí que tu fueses la persona que llenase mis días de sonrisas, yo elegí que me comieras a besos, elegí también tu voz al otro lado del teléfono. Elegí llorar por ti de vez en cuando, elegí creerme tus verdades y creerme a medias tus mentiras, elegí que no quería otros abrazos, que no quería otras manos agarradas a las mías, que no quería ver por la mañana otra cara que no fuese la tuya, elegí nuestro mes del año y nuestro día del mes, elegí que tu fueras mi locura y mi cordura, elegí llenar el silencio de la noche de nuestra risa. Elegí las idas y venidas, las despedidas, elegí el miedo a fallar y los impulsos, elegí las miradas, elegí temblar, elegí hacerme adicta a sus palabras, al corte de tu voz. Elegí conservar intacto cada momento, y dejar huella de lo que algún día fue. Elegí no callarme nada, elegí darte todo, elegí hablar de nosotros cuando hablaba de ti, elegí luchar por un solo motivo, elegí darte todas mis oportunidades, elegí quedarme con tus manías, tus defectos y tus carencias. Elegí el sabor agridulce de las discursiones que acababan en abrazos y besos, elegí derrumbarme cuando ya no aguantaba más, elegí encontrarte en lugares donde nunca estaría. Elegí seguir queriéndote aún cuando ya no estabas.
Elegí arriesgar y jugarmelas por vos. Y no me arrepiento de nada.

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